Actualmente la alimentación parece estar de moda, pero la alimentación y, en consecuencia la nutrición no debe ser una moda, sino un estilo de vida, un estilo de vida saludable y sostenible.
Diferentes aspectos están relacionados con la alimentación, aspectos fisiológicos, sociales, culturales y económicos.
Los aspectos fisiológicos, son los que provocan la sensación de hambre y saciedad. Diferentes hormonas como la leptina y la grelina actúan regulando el apetito. Así mismo también encontramos neurotransmisores como el Neuropéptido Y (NPY) que regula el apetito. Así pues niveles altos de NPY se han asociado a elevada ingestión de comida y escasa realización de actividad física.
Así mismo, la comida es capaz de estimular nuestros sentidos, motivándonos a comer. Los aromas (café recién hecho, alimentos recién horneados), el gusto (dulce, salado, ácido, amargo), la textura (líquidos, compota, etc.) y el sentido auditivo (burbujas, crujidos, etc.) condicionan nuestra elección de los alimentos.
La alimentación y la nutrición se utilizan como sinónimos pero debemos tener claro que no es así. La alimentación es un proceso voluntario en el que el individuo selecciona, prepara y come las sustancias aptas para el consumo. Al ingerir los alimentos, la alimentación finaliza y se inicia el proceso de nutrición. La nutrición es un proceso involuntario e inconsciente en el que el organismo recibe, transforma y utiliza las sustancias nutritivas de los alimentos.
“Una buena nutrición es consecuencia de una buena alimentación, siempre y cuando no exista patología que lo impida”.
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